Se puede hablar del suicidio.
Mantener este tema como un tabú social tiene un alto coste.
La conducta suicida no se explica a través de un único factor, sino que es un fenómeno multifactorial y complejo. Actualmente se puede considerar este tema como un tabú social ya que apenas existen campañas de información y concienciación para la ciudadanía. Sin embargo, si miramos las cifras, éstas hablan por si solas y nos dan una idea clara de la magnitud del problema: según la OMS, anualmente 10,2 millones de personas realizan algún tipo de conducta autolesiva que requiere atención médica, y cerca de 30 millones estarían en riesgo de este tipo de conductas aunque no reclamen asistencia médica. Centrándonos en España, el suicidio es la primera causa de muerte no natural, lo que constituye un gran problema de salud.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
- Sexo: Aunque las mujeres presentan tasas superiores de ideación suicida e intentos de suicidio, son los hombres los que tienen una tasa mayor de suicidios consumados.
- Edad: Si bien aparece en todas las edades, los rangos de edad con mayor riesgo son los de jóvenes de 15 a 34 años y las personas mayores de 65 años.
- Migración: La migración y el desarraigo que conlleva, pueden suponer un factor de riesgo añadido a la ideación o conducta suicida.
- Estado civil: Personas solteras, divorciadas o viudas tienen mayor tasa de suicidios. La soledad es un factor de riesgo importante.
- Profesión: Las profesiones en las que se constatan mayores índices de suicidio son aquellas con alto nivel de estrés (profesiones sanitarias, sector docente y las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, entre otros). Igualmente, la alta exigencia y el escaso reconocimiento son aspectos profesionales que suman estrés al ámbito laboral.
- Situación laboral: La pérdida de empleo (pérdida brusca de estatus), así como los problemas en el trabajo figuran entre los principales factores de riesgo (acoso laboral, burnout, alta exigencia en la productividad, etc.).
- Antecedentes familiares de suicidio.
- Hechos vitales estresantes o traumáticos.
- Altos niveles de impulsividad/inestabilidad emocional (o carecer de recursos de afrontamiento adecuados).
- Enfermedad: Aumenta el riesgo en casos de enfermedad cuando aparece pérdida de movilidad, desfiguración o dolor crónico, o también si ésta conlleva pérdida de estatus laboral o aislamiento.
- Trastornos mentales: Trastornos depresivos, trastorno bipolar, trastornos relacionados con el abuso de sustancias, esquizofrenia, trastorno obsesivo compulsivo, trastornos de la personalidad, trastornos de la conducta alimentaria.
¿Cuáles son los factores de protección?
Hábitos saludables:
- Gestión emocional: Aprender a modular la ira y a controlar los impulsos.
- Evitar la violencia como método de resolución de conflictos.
- Desarrollar la confianza en uno/a mismo/a.
- Desarrollar habilidades sociales y de comunicación.
- Flexibilidad cognitiva: apertura a nuevos conocimientos y experiencias.
- Mantener un estilo de vida saludable (físico y mental).
Recursos personales:
- Comunicar el estado emocional y los pensamientos propios a otras personas de confianza.
- Permanecer acompañado/a en los momentos de dificultad o crisis.
- Alejarse de situaciones potencialmente perjudiciales.
- Evitar el consumo de alcohol, drogas u otras sustancias.
- Mantener relaciones sociales.
- Tener elaborado un plan de seguridad que implique tener elegidas a las personas de apoyo con las que voy a contactar en el caso de que las “señales de alarma” aparezcan, así como tener a mano los teléfonos de los Servicios de Emergencias. A tal efecto, nos parece especialmente útil y recomendable la aplicación PREVENSUIC. En ella puedes obtener información tanto si eres personal sanitario, familiar o persona con ideación suicida, y elaborar tu plan de seguridad para llevarlo siempre contigo.
Mitos o creencias erróneas sobre el suicidio:
1) “Preguntar sobre suicidio es peligroso ya que puede provocarlo.”
Los estudios indican lo contrario, y muestran que hablar sobre el suicidio con una persona que está en riesgo, en vez de incitarle o “darle ideas” de hacerlo, suele ayudarle a sentirse mejor y, por tanto, reduce el riesgo.
2) “Quien amenaza con suicidarse no comete un acto suicida.”
Cualquier aviso o amenaza supone un riesgo y se le debe prestar atención en serio.
3) “Solo las personas con problemas graves se suicidan.”
Situaciones muy diversas pueden llevar a una persona a plantearse el suicidio. La falta aparente de problemas no debe hacernos pensar que no hay riesgo.
4) “Algunos intentos son para llamar la atención.”
Los intentos de suicidio son factores de riesgo muy importantes. Cualquier intento debe tomarse en serio y es recomendable buscar ayuda de un profesional de la salud.
5) “Acercarse sin preparación, solo con sentido común, a una persona en riesgo es perjudicial para ella.”
Cualquiera puede ayudar en la prevención: mostrando interés, cercanía y comprensión, además de motivar a la persona a pedir ayuda profesional.
Si tienes ideación suicida o eres familiar de alguien que presenta este tipo de ideación, no dudes en buscar ayuda profesional para abordar la situación.
En el Centro de Psicología y Sexología Marta Loriente podemos ayudarte.
Extraído y adaptado de: Guía informativa para la detección y prevención del suicidio (Cop Aragón) http://www.cop.es/pdf/Guia-digital.pdf